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Salud en Venezuela


La situación del sector Salud en Venezuela no sólo tiende a complicarse, sino que continúa alcanzando niveles críticos en todos los ámbitos que la componen. En ello coincidieron la diputada Dinorah Figuera, el ingeniero Antonio Orlando y el doctor Gustavo Villasmil, especialistas invitados a la Mesa de Análisis “Prohibido enfermarse, la crisis del sector salud” llevada a cabo en la sede de CEDICE-Libertad.

La diputada y también doctora Figuera explicó que indicadores como la mortalidad materna y el embarazo precoz presentan un incremento cada vez mayor respecto a registrado en los últimos años, especialmente en los sectores de escasos recursos, donde el funcionamiento de las redes de atención integral y primaria es altamente precaria (en el mejor de los casos), desarticuladas en su mayoría como resultado de las ineficientes políticas públicas en salud impulsadas por el Gobierno Nacional. Similar escenario ocurre con los pacientes oncológicos y con VIH, quienes no cuentan con los insumos ni dispositivos adecuados para su tratamiento y control en el tiempo. Consideró importante que la Asamblea Nacional investigue los casos de denunciados sobre negligencias y corrupción en el sector salud y se mostró muy preocupada por los resultados de una averiguación conducida por un grupo de parlamentarios del que es parte, donde se comprobó la pérdida de 50 toneladas de medicamentos por vencimiento en el país.

Por su parte, el ingeniero y presidente de la Asociación de Equipos Médicos (avedem), Antonio Orlando indicó que el sector salud se encuentra “destruido”, (especialmente el ámbito de la medicina privada, producto de la saturación en las diferentes clínicas y servicios a causa del creciente aumento en la demanda, ante el colapso y deterioro de la atención pública), por lo que puede hablarse, según su análisis, de una paralización técnica dentro mismo. Sostuvo que existen numerosas trabas e impedimentos para importar equipos médicos y repuestos, así como el bloqueo de las líneas de crédito con los proveedores extranjeros para la adquisición de tales implementos, factores que generan un enorme desincentivo para la inversión en el área.

Finalmente, el Dr. Gustavo Villasmil, señaló que el contexto actual de la salud no puede evaluarse meramente desde el marco de la actual crisis, sino que exige una revisión del modelo y de las estructuras internas no sólo en la esfera de la salud pública, sino del país. Resaltó que existe una contracción de la oferta de servicios relevantes para los ciudadanos, al igual que un éxodo masivo del recurso humano profesional de estudiantes y médicos venezolanos. Por último, rescató el papel del sector empresarial privado y su importancia como productor de bienes y servicios en esta materia.

Todos los especialistas, concluyeron en la imperativa necesidad de llevar a cabo una profunda revisión de los fallos del sector salud, así como en la urgencia de una actualización del sistema sanitario y las políticas de salud pública, que permita a los profesionales en ejercicio poder actuar de forma preventiva, dinámica (en tiempo real) y organizada frente las necesidades de los ciudadanos, así como la flexibilización por parte del Gobierno Nacional en la aprobación de divisas, que permitan realizar las importaciones de insumos, equipos y materiales.
Sin duda, el complejo escenario de la salud en Venezuela no es casual: es un fiel reflejo no sólo de la crisis económica (inflacionaria y en términos de escasez) y política que experimenta el país, sino del agotamiento e ineficacia comprobada del modelo socialista, donde el Estado interviene en cada ámbito de la vida del ciudadano.
En este caso, incide directamente sobre sus posibilidades no sólo de tratamiento, sino de supervivencia ante el desarrollo de diversos trastornos y patologías, haciéndolos no sólo más costosos, sino menos eficientes. El cambio hacia un sistema sanitario moderno, que pueda garantizar la vida y atención de las personas pasa, muy probablemente, por una modificación estructural y medular del rol del Estado, en donde éste sólo garantice las condiciones generales a partir de los cuales los servicios de salud funcionarán, y que sean los ciudadanos, a partir de lo ofertado por emprendedores y empresarios en el ámbito de salud, los que puedan acceder al servicio de su preferencia, con autonomía, propiedad y libertad sobre su propia vida.

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